Miré para afuera de casualidad y justo en ese momento, como son estas cosas que a veces parecen a propósito, el camión enorme que lo ocupaba todo se movió y me los reveló, me dejó verlos. Uno frente al otro, separados por una distancia que parecía hasta reglamentaria, ni muy lejos ni demasiado cerca, mirándose entre toda la otra gente que les pasaba por al lado en la vereda. Tenían uniforme de colegio y ella sonría mucho, pero él le sonreía más. Mucho, más. Hablaban poco y cuando lo hacían volvían a reírse enseguida, como si no pudiesen ponerse serios, como si no lo necesitaran. Y él se apoyaba en la pared para mirarla. De perfil contra la pared, contra el mármol, como queriendo aliviarse la cabeza de tanto ella. Alguien en el trabajo me pidió algo, me hizo una pregunta y una lapicera y cuánto creés que me cueste? Volví a mirar y ella cerraba una puerta. Él se iba para el lado que le tocaba en su linea reglamentaria con el sol volcado entero sobre su cara y su camisa celeste.
Hace 5 años.
1 comentario:
el se fué con el sol volcado sobre su cara, su camisa celeste y una gran sonrisa..
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