Los chicos malos tienen fecha de vencimiento. A todos nos gustan porque nos divierten, pero también nos divierten los juguetes, y a los juguetes los dejamos en un rincón, usados y llenos de polvo, cuando crecemos.
Hace 3 años.
Le pido a Dios que me aplaste, que me rompa en pedacitos y que me deje volver a empezar.
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