El principito se hizo el re boludo y no le dijo a nadie lo que duele la domesticación. Que el zorro a veces no esté, después de sentarse todos los días un poquito más cerca, a tu lado.
Hace 3 años.
Le pido a Dios que me aplaste, que me rompa en pedacitos y que me deje volver a empezar.
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