domingo

Las horas antes de concretar un encuentro acordado con alguien a quien voy a fotografiar son siempre horas en las que no puedo dormir. Y si, por cansancio, el sueño me arrastra hacia la inconciencia, nunca es una inconciencia verdadera; tengo pesadillas, me despierto a cada rato, me pesa el sueño como una piedra enorme sobre la cabeza. Como si lucharan en mí la necesidad de dormir y la necesidad de seguir despierto. Como las horas antes de un cumpleaños. O de una cita. O de algo que da mucho miedo.

No hay comentarios.: