domingo

Parece una de esas tardes en un patio, un patio ajeno lejos de la ciudad, sentados en una silla muy cómoda con respaldo alto, de las que se inclinan, con los pies descalzos sobre el pasto. Mirando el atardecer, justo cuando la luz naranja ya casi se apaga y los grillos suenan un poco alrededor. De vez en cuando el aleteo de un pájaro cerca, pero ningún ruido, todos los sonidos siendo parte armónica del silencio. Todo en aparente movimiento. Todo absolutamente quieto.

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