sábado

Manu me regaló hoy DOS cajones llenos de fotos que se encontró en la calle. Parecen ser las pertenencias de la esposa de un hombre; entre las fotos hay credenciales, llaveros y postales de ciudades del interior. Apenas llegué a casa y me puse a mirar encontré una carta que me dejó en pausa. Tuve que sentarme en el piso, con la cabeza toda rara.

(Baltimore, 25 de enero de 1928) "Mi querida Quina, mi buena Quina. Empiezo a escribirle y ya estoy viendo todo borroso. A nadie que yo escriba me haría sentir estas cosas que siento cuando le escribo a ud. Toda mi vida entera está eslabonada con recuerdos de ustedes, y todos son recuerdos buenos que al volver, como hoy, me hacen sufrir. Yo sólo quisiera disponer de un ratito para charlar con ud, abrazarla y desahogarme un poco. Aquí los chicos también siempre se están acordando de Norita. Todo el día juegan "a Buenos Aires", que hablan como uno u otro o que ellos son. Y se saludan y hacen todo un cuento que más de una vez me hace llorar".


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