miércoles

"Sos igualito a tu padre, te falta la altura y la cara de ojete". Más o menos algo así fue lo primero que supe de mi viejo. Ahora sé que en lo segundo le erraron, no sé de chiquito pero de grande la cara de ojete la tengo. Lo ví por primera vez a oscuras y en la calle, en La Habana había un apagón tremendo y mamá me había llevado a su casa a hablar de la visa y del pasaporte y necesitamos tu firma y no le hagás ésto. Lo habíamos llamado a los gritos porque en Cuba no funciona nunca nada y con todo ese apagón el timbre no iba a ser la ecepción, mamá fruncía todo el ceño y hacía como que tiraba bombas apuntando al balcón que estaba abierto. Y yo me reía, pero creo que en realidad no entendía y me reía de nervios. Al rato salió del edificio y me saludó con un apretón de manos. Me acuerdo haberme quedado mirándolo desde mi altura, con el cuello todo doblado, esperando un beso. Después de ese día me obligaron a volver a verlo un montón de veces más y la mayoría de las veces lo único que hacíamos era sentarnos, mudos, en su casa y mirar por la ventana. Yo sabía que él quería decirme cosas pero nunca supo cómo hacerlo. Y yo prefería el silencio. La mejor parte era cuando iba al colegio de sorpresa y mi maestra me decía adelante de todo el mundo Kenny tu papá está afuera, vino a verte. Y yo me reía con una sonrisa tan grande que no me cabía en la cara y salía y lo abrazaba y a veces hasta le decía que ya lo extrañaba. Y nos sentábamos los dos en el pasillo del colegio, contra la pared y él me pasaba la mano por la espalda. Y yo me dejaba quererlo. Me lo regalaba.
Fueron más las ausencias pero en todo lo que yo soy hay un rastro de mi viejo. Lo hubiese podido odiar de por vida pero lo perdoné cuando descubrí que yo también tengo defectos. Y siempre lo ví a él reflejado en ellos. Soy lo que soy también por no haberlo tenido. Desde muy chiquito, en todos los hombres que conocí, yo siempre lo busqué a mi viejo.

4 comentarios:

Unknown dijo...

hace mucho q no pasaba por acá...
hoy que tenía tiempo leí más.
releí.
me reí.
se me hicieron nuditos,
me ardieron los ojos.
me vi.
lo vi.
psssssssss
tanto.
yo creo que uno no llega a dimensionar los disparadores
que siembra en cabecitas ajenas
cuando uno escribe.
(donde dice escribe puede ponerse también habla, hace, lee, canta, pinta, etc etc etc)

un beso grande kenny!
segui escribiendo.
lau

Franco dijo...

Tambien, hacia mucho que no te leia, cuanto desarraigo que hay, me pasa una cosa parecida con mi papa, yo tambien aprendi a perdonar, cuando pude entender muchas cosas, y no hace mucho eh!, hasta llegue a pedir perdon por cosas que tambien entendi, la diferencia esta en que a mi viejo puedo verlo, sentarme en frente suyo, aunque a veces las distancias superan un poco las barreras del cerca o lejos geografico, eso es algo que un poco lo decido yo, porque cerca de alguna manera estamos de quien queremos estarlo...
te quiero mucho kennito (L)

Volviendo a Crecer dijo...

no podes hacernos poner los ojos llenos de lágrimas como lo hiciste. No tenés derecho Lemes!
Es verdad, todos te imaginabamos en las descripciones, sentados en un sillón de madera largo en un pasillo tipo de hospital o mirando una ventana callados.
Quedate de por vida con los recuerdos de los abrazos que te dió. Un abrazo, Diego.

The Inner Child dijo...

Me robaste una lagrimita...