viernes

Yo igual me voy a meter en la cama antes de las 3 y no voy a salir a pedirle deseos a ninguna estrella porque lo que pido siempre me llega y al final no lo sé manejar. No? Qué mierda. Pedir de idiota nomás. Si sé que cuando me ofrezcan no voy a poder aceptar. Además, qué aburrido cuando alcanzás lo que es el motor de tu vida, que el galgo finalmente mate al conejo. Después qué voy a desear? De qué me voy a quejar? Dónde se vió un Kenny que no se queja?

1 comentario:

Facundo Umbral dijo...

si se vuelca mucho deseo en una sola cosa, alcanzarla puede ser terriblemente inmovilizante.
está bueno que no sea UN conejo, EL conejo. correr sin apostarle todo a un solo objetivo...
correr para seguir moviéndose.

saludos, K.
estuve medio apático de los blogs, pero se extraña. jaja.