viernes

Desperté recién de un sueño hermoso: llegaba así como estaba, con las medias nuevas y lleno de perfume y a lo lejos ya te veía mirándome, sin moverte, sonriendo. Primero poquito. Después un montón. "Viniste". Y me saludabas, y tus amigos que hablaban en inglés me saludaban también. Tenías un choker rosado en el cuello y purpurina en los cachetes y debajo de los ojos. Y lentes redondos. Y algo floreado bordado debajo de otra cosa que no recuerdo ahora. Todos hablaban y esperaban que no se qué fiesta abriera. Entré corriendo a dejar la mochila para estar más cómodo y te volví a ver sonriéndome, igual, como en esas fotos. Nos sentamos en los escalones, yo arriba y vos un escalón más abajo, apoyado contra mí, entre mis piernas. Y me contabas del show y de no sé qué cosa. Yo pensaba sólo en abrazarte. Tengo 23 años otra vez, todo me da vueltas y vos lo notás al toque. "Estás re callado". Tirás la cabeza toda para atrás para mirarme. Me parecés el pibe más lindo del universo, lo siento clarísimo. No quiero pensar en nada más, sólo en eso que estaba pasando, en ese momento. Te miro los dientes, los labios, la boca entera. Me sorprende otra vez que no me den ganas de coger cuando te tengo cerca. Lo único que quiero es darte besos. En esa posición nos besamos. La lengua se siente hermosa, suave. Todo es increíble. Me acuerdo de algo que pensaba anoche y que te quería decir cuando te viera: creo que estoy enamorado de vos. Pero no es amor de novios, no tiene absolutamente nada que ver con una pareja. Quería decirte que cuando estamos juntos todo alrededor se me apaga, se me queda en silencio. Cierro los ojos y lo único que siento es tu presencia. No quiero hacer ninguna otra cosa más que estar ahí con vos. Siento amor. Eso te quería decir. Que siento amor boludo. Vuelvo a tener 23 años, ya sé que lo dije.

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