Todas las semanas me tomo dos trenes para salir de la ciudad
y me siento en algún lugar de un pueblo.
Sólo me quedo ahí.
Estoy muy cansado de todo.
Hace 5 años.
Le pido a Dios que me aplaste, que me rompa en pedacitos y que me deje volver a empezar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario