Le pido a Dios que me aplaste, que me rompa en pedacitos y que me deje volver a empezar.
"Andá viendo cómo hacés". Si las casas autoexfoliantes hablaran, esa frase, como un loop, sería lo único que dirían. Una y otra vez.
Publicar un comentario
No hay comentarios.:
Publicar un comentario