No te preocupes, no me voy a ahogar y desaparecer en un pantano negro! - le asegura él sonriendo. Ambos hacen un gran silencio. Agrega entonces, suavemente pero serio: El pantano negro está dentro mío, tonta..
Hace 5 años.
Le pido a Dios que me aplaste, que me rompa en pedacitos y que me deje volver a empezar.
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